Jun 16, 2010
Enviado por Gabriel sobre Jun 16, 2010 en Mundial Sudáfrica | 1 comentario
Tras una aseadita ceremonia de apertura sudafricanos y mexicanos se disponían a abrir el fuego en el estadio Soccer City de Johannesburgo y dar comienzo a esta Copa del Mundo que opiniones y augurios tan dispares había dejado hasta ahora. Los nervios estaban a flor de piel en unos y otros y no era para menos, pues un debut ilusiona a la par que atenaza a cualquiera y lo hemos podido comprobar cada cuatro años. Pero si unos jugadores se encontraban especialmente excitados los minutos previos al pitido inicial, esos eran sin duda los anfitriones.
No fue bueno el partido, ni mucho menos, y es que la cautela por no comenzar con un traspiés en esta competición era mayor que las ganas por hacerlo bien y agradar a las aficiones que se habían dado cita. No obstante, y quizás por los nervios propios y lógicos del anfitrión, México comenzó mandando en los primeros minutos.
La selección que dirige Aguirre se hacía con el control del partido y en los primeros compases ya llegaría la primera oportunidad clara de gol. Giovanni Dos Santos, ex del Barcelona, veía como un defensa desbarataba su avance cuando se disponía a marcar tras error del portero de los “Bafana”. No sería la única, pues el mismo Giovanni dispondría de otras dos ocasiones para abrir el marcador. Sin embargo, el electrónico no se movía.
Hasta siete minutos tardaron los locales en pisar campo rival por primera vez, que se habían mostrado hasta entonces voluntariosos pero faltos de ideas. Y más hubo que esperar para que la selección que dirige Parreira gozara de su primera gran oportunidad. Sería en el ecuador de la primera parte cuando Óscar Pérez acababa atajando el balón en la única jugada trenzada de los sudafricanos.
Sin embargo, se trataría de un espejismo. La selección azteca volvería a hacerse con la manija del partido y sus mejores acciones llegarían cuando se aproximaba el tiempo de descanso. Hasta tres ocasiones marraba la “Tri” en tan sólo cinco minutos. Primero Guille Franco que fallaba a bocajarro tras un centro medido de Vela, a la que seguirían una internada del ex de Osasuna y un disparo que se iba fuera por muy poco de Giovanni Dos Santos.
Pero los sudafricanos lograban en un arreón de juego tener sus mejores ocasiones justo al filo del descanso. Hasta tres saques de esquina botaban los locales en lo que estaban siendo sus mejores minutos. Así se llegaba al término de la primera parte con tablas en el marcador y una selección, la mexicana, que salvo el tramo final había sido la dueña y señora frente a una Sudáfrica demasiado atenazada.
El gol que tanto se había negado durante el primer acto subiría al marcador cuando tan sólo se llevaban jugados diez minutos de la segunda mitad. Tshabalala, aprovechándose de la desorganización del combinado mexicano, encaraba a Óscar Pérez tras un rápido avance y lanzaba un zurdazo a la escuadra contraria consiguiendo uno tanto de bellísima factura.
Quién si no, Giovanni se echaba el equipo a sus espaldas a pesar de su juventud y a punto estuvo de conseguir el gol del empate si no llega a ser por la intervención del meta Khune. No se amilanaría la selección del técnico brasileño que tuvo en la figura de Modise la sentencia del partido quien, un minuto después, era víctima de un posible penalty que el colegiado no vio.
Los nervios comenzaban a apoderarse de los sudafricanos que se encontraban más incómodos sobre el terreno de juego con el marcador a favor que cuando se había mantenido el empate. Fruto de la tensión, Masilela estuvo cerca de dejar a su equipo con diez tras una peligrosísima entrada sin posibilidad de llegar al balón.
Ambos conjuntos metieron una marcha más al partido y quien sacó provecho de ello fue Márquez, que mandaba a la red un servicio desde la frontal del área. Únicamente restaban doce minutos para que el encuentro llegara a su fin y las tablas volvían al marcador. A partir de entonces el partido se convirtió en un auténtico correcalles fruto de las imprecisiones de una y otra selección.
Y cuando el encuentro agonizaba, Mphela vio cómo su disparo lo repelía la madera en lo que podían haber sido los tres primeros puntos para los sudafricanos. Frustración en los locales que desaprovechaban una oportunidad de oro en una segunda mitad en la que habían sido mejores. Finalmente reparto de puntos y ambos conjuntos se jugarán su pase en sus dos próximas citas ante uruguayos y franceses.
EL BUENO: Tshabalala. Incansable durante todo el encuentro conseguía el que seguramente será uno de los mejores tantos del campeonato que a la postre serviría para que Sudáfrica sumase su primer punto.
EL FEO: Masilela. Realizó una peligrosísima entrada que pudo dejar perfectamente a su equipo con diez.
EL MALO: Cuauhtémoc Blanco. Lento y fuera de forma no es ni la sombra de lo que fue. Ya se trata de un exfutbolista.
Jun 16, 2010
Enviado por Gabriel sobre Jun 16, 2010 en Mundial Sudáfrica | 0 comentarios
En la edición más exótica y colorista de las celebradas a lo largo de estos ochenta años las danzas y los ritmos africanos abrieron fuego en la primera de ellas celebrada en el continente africano. Mucho se había hablado durante los meses anteriores sobre el riesgo que conllevaba celebrar un evento deportivo de tal magnitud en un lugar que por muchos era calificado como potencialmente inseguro. La apuesta de Blatter echaba a andar y tan sólo un mes después se sabría si con acierto o no.
Sin embargo, todos los presagios y augurios quedaban a un lado ante un ambiente tan festivo tanto en el terreno de juego como en las gradas. La ceremonia arrancaba con una exhibición aérea de los cazas de las fuerzas aéreas sudafricanas a la que seguiría un espectáculo de color y sonido (sobre todo de este último por el ensordecedor sonido de las vuvucelas) que contó con la cantante local Thandiswa Mazwai como primera artista en hacer acto de presencia. En todo momento se quiso mantener la esencia del continente con multitud de figurantes que aparecían ataviados con los trajes tradicionales e, incluso, un escarabajo pelotero gigante, símbolo del Antiguo Egipto.
La ceremonia no había hecho más que empezar y, a continuación, el público presente pudo contemplar un enorme mapa del continente africano elaborado con telas típicas que se situó en el centro del campo y sobre el que fueron apareciendo huellas humanas que dirigían sus pasos hacia el norte. Luego serían los demás continentes los que se mostrarían con un mensaje de unión y concordia para todo el planeta.
Numerosos artistas se darían cita a partir de ese momento en el Soccer City Stadium, desconocidos para nosotros en su mayoría pero no así para los países del África negra. Desde el hijo del mítico padre del afrobeat, Fela Kuti, hasta R Kelly que entonó el himno de título “Sign of Victory” acompañado por el coro Soweto Spiritual Singers, pasando por los sudafricanos Hugh Msekela y Timothy Moloi y los ghaneses Osibisa, entre otros.
Posteriormente aparecía en el centro del campo una especie de calabaza que representaba el estadio Soccer City de la que emergía una enorme columna de humo. La ceremonia llegaba a su punto álgido y los protagonistas, las 32 selecciones que tomarán parte en esta competición, entraban en escena. Como no podía ser de otra manera, Sudáfrica fue el último en aparecer, momento en el que la grada recibió a los suyos con unas atronadoras muestras de júbilo.
Aunque breve, esta intensa y emotiva ceremonia llegaba a su fin a la vez que un mosaico humano componía el logotipo oficial de la FIFA para este Mundial 2.010. Únicamente la ausencia de Nelson Mandela, líder del movimiento en contra del Apartheid, deslució en parte el acto. Las fuerzas aéreas volverían a aparecer en el cielo sudafricano y todo quedaba listo para que el balón echase a rodar para goce y disfrute de los que se han trasladado a la que durante este próximo mes será la capital del fútbol mundial.
Jun 16, 2010
Enviado por Gabriel sobre Jun 16, 2010 en Fútbol histórico | 1 comentario
Los comienzos del fútbol suelen remontarse al año 1.863, año de fundación de The Football Association. Sin embargo, los primeros vestigios de este deporte los podemos encontrar durante la Edad Media, en las islas británicas. En este lugar tiene su origen el fútbol que conocemos hoy en día, a pesar de que en torno a Siglo III a.C. ya se dieron diferentes juegos de pelota con algún que otro punto en común.
Los primeros códigos anglosajones que sirvieron de base para regular el fútbol se caracterizaban, principalmente, por su escasa organización y su tremenda violencia. Pero no serían los únicos, puesto que en otros países como Italia se redactó el conocido Calcio Florentino, dotado de una mayor organización y menos violento, del que tomaron ejemplo algunas escuelas británicas. Pero la formación definitiva del fútbol asociación se daría durante el Siglo XIX.
Previamente, en el Siglo XVI existió alguna que otra variante de lo que hoy conocemos por fútbol que era usada como actividad de recreación y educación física para los estudiantes de las distintas escuelas privadas del Reino Unido. Los distintos colegios fueron oficializando sus conjuntos de reglas durante los siglos XVIII y XIX, de tal manera que escuelas de rugby como Marlborough y Cheltenham desarrollaron juegos en los que se permitía el uso de pies y manos. A dichas escuelas les sucederían otras como Shrewsbury, Winchester, Charterhouse, Eton y Harrow que introducirían alguna que otra modificación hasta que en 1.848 varios de estos colegios se dieron cita en la Universidad de Cambridge para unificar sus códigos y crear un juego de reglas tipo que sirviese para todas: las denominadas Reglas de Cambridge.
Estas reglas, de gran importancia para el fútbol actual, fueron creadas junto al University Foot Ball Club y participaron en su elaboración varias de las escuelas citadas anteriormente. A día de hoy sólo se conserva una copia de 1.856 en Shrewsbury que probablemente difiera en contenido respecto a las originales de 1.848. Dicho código fue tomado como base para la creación del fútbol asociación y de la Football Association en 1.863.
Las reglas de 1.856, documento más antiguo que se conserva actualmente, contemplaban aspectos del juego que han llegado hasta nuestros días. El inicio y la reanudación del juego tras la consecución de un gol, los saques de meta y de banda e, incluso, una regla de fuera de juego. Todo ello fue redactado nuevamente en 1.862 por John Charles Thring que presentó un juego de reglas simplificado que que reducía la cantidad de texto y el número de aquellas.
Una vez establecidas de forma definitiva las reglas de Cambridge, estas fueron clavadas en varios de los árboles de Parker’s Piece, un amplio y conocido parque situado en la ciudad que era usado por todo tipo de gente para llevar a cabo juegos populares. Precisamente allí es donde se disputó el primer partido tomando como referencia las nuevas reglas. Desde entonces se puede encontrar en dicho parque una placa conmemorativa que dice: “Aquí en Parker’s Piece, en los 1800s, los estudiantes establecieron un conjunto de simples reglas de fútbol enfatizando habilidad sobre fuerza, que prohibieron atrapar la pelota y zancadillear. Estas reglas de Cambridge fueron la influencia definitoria de las reglas de 1.863 de la Football Association”.
Si importante fue el Código de Cambridge, no menos lo fue el de Sheffield. Ya desde el año 1.855 varios miembros del Sheffield Cricket Club comenzaron a practicar juegos de pelota sin reglas fijas hasta la fundación de este código el 24 de Octubre de 1.857 por Nathaniel Creswick y William Prest. La creación de las reglas incluyó la formación del Sheffield Football Club, reconocido con una Orden de Mérito por la FIFA y como el club de fútbol más antiguo del mundo.
El Código Sheffield aportó varias reglas que se utilizan en el fútbol moderno como la utilización de un travesaño sólido para unir los postes verticales de la portería, la introducción de los saques de esquina, los lanzamientos de falta y los saques de banda; además de los primeros partidos con iluminación artificial y los sistemas de desempate, incluidos prórroga y gol de oro. Con estas reglas fue disputado el primer torneo que incluyó un trofeo: la Copa Tommy Youdan. Participaron 12 clubes de la Sheffield FA en formato de eliminación directa y la final tuvo lugar en Bramall Lane, estadio actual del Sheffield United Football Club. El Hallam Football Club acabó imponiéndose al Norfolk. Al año siguiente se disputó la Copa Oliver Cromwell que erigió como campeón a The Wednesday tras vencer a Garrick con un gol de oro al haber empatado a cero durante el tiempo reglamentario.
El nacimiento del fútbol se fecha el 26 de Octubre de 1.863, día de la fundación de The Football Association. Durante esos últimos meses del año se llevaron a cabo un total de seis reuniones en la taberna Freemason’s con el objetivo de reglamentar el código y crear un órgano que rigiera este nuevo deporte en las que participaron un total de doce clubes de Londres: Barnes, Blackheath, Blackheath Proprietary School, Charterhouse, Civil Services, Crystal Palace, Forest of Leytonstone, Kensington, NN Football Club, Perceval House, Surbiton y The Crusaders.
Las trece reglas hechas oficiales durante las reuniones fueron creadas tomando como base el Código Cambridge, a saber: las medidas del campo de juego y las metas, el sorteo y comienzo del encuentro, las situaciones tras un gol, el gol marcado, los saques de banda, el fuera de juego, los saques de meta, las marcas, la prohibición de correr con el balón en las manos, de golpear o agarrar con ellas al adversario, de utilizarlas para lanzar o pasar el balón, de tomar el balón desde el suelo con las mismas, el derecho a pasar el balón si se coge tras una marca o el primer rebote y los materiales del calzado.
La creación del juego y de la Football Association van estrechamente unidas y esta última es la que en la actualidad rige el fútbol en Inglaterra, cuyo primer presidente fue Arthur Pember. No obstante, y a pesar de haber llegado a la unificación, las disputas sobre la creación de un código definitivo y universal continuaron hasta finales de la década de los 70, siendo los seguidores de las reglas de Sheffield los que más lucharon por ello. Finalmente, en 1.878 se produjo la fusión definitiva entre Sheffield y Londres y la creación de la International Football Association Board puso fin a todas las discrepancias.
