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¡Y dio comienzo el Mundial de Sudáfrica 2.010!

En la edición más exótica y colorista de las celebradas a lo largo de estos ochenta años las danzas y los ritmos africanos abrieron fuego en la primera de ellas celebrada en el continente africano. Mucho se había hablado durante los meses anteriores sobre el riesgo que conllevaba celebrar un evento deportivo de tal magnitud en un lugar que por muchos era calificado como potencialmente inseguro. La apuesta de Blatter echaba a andar y tan sólo un mes después se sabría si con acierto o no.

Sin embargo, todos los presagios y augurios quedaban a un lado ante un ambiente tan festivo tanto en el terreno de juego como en las gradas. La ceremonia arrancaba con una exhibición aérea de los cazas de las fuerzas aéreas sudafricanas a la que seguiría un espectáculo de color y sonido (sobre todo de este último por el ensordecedor sonido de las vuvucelas) que contó con la cantante local Thandiswa Mazwai como primera artista en hacer acto de presencia. En todo momento se quiso mantener la esencia del continente con multitud de figurantes que aparecían ataviados con los trajes tradicionales e, incluso, un escarabajo pelotero gigante, símbolo del Antiguo Egipto.

La ceremonia no había hecho más que empezar y, a continuación, el público presente pudo contemplar un enorme mapa del continente africano elaborado con telas típicas que se situó en el centro del campo y sobre el que fueron apareciendo huellas humanas que dirigían sus pasos hacia el norte. Luego serían los demás continentes los que se mostrarían con un mensaje de unión y concordia para todo el planeta.

Numerosos artistas se darían cita a partir de ese momento en el Soccer City Stadium, desconocidos para nosotros en su mayoría pero no así para los países del África negra. Desde el hijo del mítico padre del afrobeat, Fela Kuti, hasta R Kelly que entonó el himno de título “Sign of Victory” acompañado por el coro Soweto Spiritual Singers, pasando por los sudafricanos Hugh Msekela y Timothy Moloi y los ghaneses Osibisa, entre otros.

Posteriormente aparecía en el centro del campo una especie de calabaza que representaba el estadio Soccer City de la que emergía una enorme columna de humo. La ceremonia llegaba a su punto álgido y los protagonistas, las 32 selecciones que tomarán parte en esta competición, entraban en escena. Como no podía ser de otra manera, Sudáfrica fue el último en aparecer, momento en el que la grada recibió a los suyos con unas atronadoras muestras de júbilo.

Aunque breve, esta intensa y emotiva ceremonia llegaba a su fin a la vez que un mosaico humano componía el logotipo oficial de la FIFA para este Mundial 2.010. Únicamente la ausencia de Nelson Mandela, líder del movimiento en contra del Apartheid, deslució en parte el acto. Las fuerzas aéreas volverían a aparecer en el cielo sudafricano y todo quedaba listo para que el balón echase a rodar para goce y disfrute de los que se han trasladado a la que durante este próximo mes será la capital del fútbol mundial.

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