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1ª Jornada Grupo G: Brasil 2 – 1 Corea del Norte

Llegó, vio y resolvió. Así puede resumirse el partido de la canarinha que, lejos de desplegar su juego, se bastó con dos genialidades de los suyos para doblegar a una seria Corea del Norte que mantuvo su sitio durante todo el encuentro y llegó a inquietar en los minutos finales del choque.

Existía un gran interés por ver el debut del combinado carioca, ése que ya ejecute su jogo bonito o se someta al criterio táctico de Dunga siempre es centro de atención para todo el mundo. No es para menos, por algo Brasil es la pentacampeona y el espejo en el que han intentado mirarse una gran cantidad de selecciones desde hace décadas. Sin embargo, para muchos el interés únicamente se focalizó en ver a sus estrellas, pues el fútbol imaginativo y talentoso que siempre le ha definido brilló por su ausencia y así parece que será durante todo el Mundial.

No obstante, la primera mitad fue de claro color amarillo. Elano y Robinho, los más incisivos, ponían a prueba al meta norcoreano una y otra vez pero sin puntería. Brasil parecía atacar a ráfagas, cuando realmente le era necesario, sin gastar un ápice de fuerzas que pudiera precisar en futuros choques. Tal era la falta de intensidad de la canarinha que incluso Bastos, un interior reconvertido a lateral, se animaba a subir la banda en más de una ocasión para probar fortuna.

Corea del Norte esperaba atrás anulando como buenamente podía las acometidas rivales y dejaba que su única referencia atacante, Jong Tae-Se, se peleara con los Juan, Lucio y compañía. Muchas fieras para tan insignificante presa.

El colegiado señalaba el final de la primera parte con empate a cero en el marcador pero eso no parecía intranquilizar a la selección brasileña. Jugando al 50% habían sido capaces de crear alguna que otra ocasión de cierto peligro y, a la vez, secar totalmente a su rival. La ley del mínimo esfuerzo aplicada al fútbol y, en concreto, a Dunga y los suyos.

El comienzo de la segunda mitad si nos dejó ver una Brasil más vertical en busca del gol que abriese la lata. Bastos y Robinho seguían haciendo de las suyas con disparos desde media distancia hasta que apareció Maicon. El lateral sorprendió a todos con un derechazo casi sin ángulo que se acabó colando en la portería mal cubierta por Myong-Guk.

El camino se le allanaba a la pentacampeona del Mundo ante una Corea del Norte que había sido capaz de atrincherarse y aguantar el resultado durante 55 minutos. Maicon se erigía en el mejor jugador del encuentro con su trabajo defensivo sin fisuras y sus subidas con peligro al área contraria. Todo un pulmón.

La selección asiática pareció no sobreponerse a este golpe y quedó más aun a merced de los brasileños, que un cuarto de hora más tarde firmarían la sentencia con el segundo tanto. Elano, muy participativo durante el día de hoy, cruzaba el balón a la salida de Myong-Guk aprovechándose de un fantástico pase entre líneas de Robinho.

Brasil jugaba fácil, sencillo, como si se tratase de un entrenamiento. Incluso la intensidad era la misma, puesto que el nivel de exigencia al que le sometía la selección que dirige Kim Jong-Hun era mínimo. Esto le sirvió a Dunga para dar descanso a algunos de sus hombres y minutos a los menos habituales. Incluso Nilmar, que se había incorporado recientemente al terreno de juego, a punto estuvo de subir el tercero al electrónico si no llega a ser por el cancerbero norcoreano.

Únicamente la selección asiática llevó el desasosiego a las gradas teñidas de amarillo en los minutos finales. Ji Yun-Man culminaba un magnífico pase largo cruzando a la salida de Julio César. Este gol sirvió para que los coreanos se animasen a irse arriba como no habían hecho antes, pero ya sería demasiado tarde.

Brasil sumaba así sus tres primeros puntos y cumplía con algún que otro apuro al final con este trámite. La imagen no había sido la deseada por todos, incluidos los jugadores y el propio Dunga, pero la pegada de la canarinha es indiscutible.

 

EL BUENO: Maicon. Sube, baja, se multiplica, …, y además hace goles. Es un lujo para cualquier seleccionador tener un lateral como él.

EL FEO: Ramires. En un partido de guante blanco fue el único amonestado.

EL MALO: Myong-Guk. Todo portero que se precie debe tener cubierto siempre su palo aunque espere un centro. Él no lo hizo y lo pagó con un gol.

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