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1ª Jornada Grupo F: Italia 1 – 1 Paraguay

La vida sigue igual para Italia, que fiel a su estilo consiguió un empate ante Paraguay sin apenas generar ocasiones. Los transalpinos se vieron durante buena parte del encuentro por detrás en el marcador pero un regalo en forma de salida defectuosa por parte de Justo Villar puso las tablas en el electrónico.

Y es que nos tiene tan acostumbrados la “azzurra” a estos partidos marca de la casa que ya a muy pocos les sorprende. Ni una sola ocasión de gol en toda la primera mitad de los hombres de Lippi, que capearon el temporal guaraní como buenamente pudieron hasta que llegó el gol de Alcaraz en el minuto 39.

Sí dispusieron de algunas buenas oportunidades bajo la lluvia de Ciudad del Cabo los paraguayos en un encuentro jugado a un ritmo altísimo en contra de lo que se pudiera prever. Los sudamericanos cercaron el área italiana a balón parado durante buena parte de la primera mitad hasta que Alcaraz cabeceó de manera inapelable un servicio de falta saltando elevándose más en el salto que el defensa Cannavaro.

El colegiado señalaba minutos después el túnel de vestuarios y así se llegaba al término de los primeros 45 minutos. Paraguay había sido muy superior a su rival haciendo del rigor defensivo y el peligro en las acciones a balón parado sus principales y más sólidos argumentos.

La segunda mitad daría comienzo de la peor manera posible para la actual campeona del Mundo. Buffon, talismán de la “azzurra”, se retiraba lesionado y decía adiós al campeonato. Entraba en su lugar Marchetti que tendría que suplir un hueco muy importante. Duro golpe para los aficionados italianos.

Paraguay pareció darse cuenta de la gravedad de la situación y en el minuto 54 el “Pájaro” Vera a punto estuvo de poner tierra de por medio en el marcador. Su disparo, bastante escorado, acabó marchándose fuera por muy poco. La misma intensidad que la selección sudamericana empleaba para atacar la utilizaba para marcar su territorio e intimidar a su rival. Así vio Cáceres la tarjeta amarilla por una entrada dura y a destiempo. Los paraguayos agresivos en su juego como siempre.

Pero tres minutos después de dar el primer aviso a un dubitativo Justo Villar llegaría el ansiado gol del empate por parte de la “azzurra”. De Rossi marcaba sin oposición aprovechándose de una horrible salida del meta del Valladolid que fallaba por alto y no lograba despejar el peligro.

Dos llegadas, un gol. Así podían resumirse los méritos que Italia había hecho durante el encuentro para poner las tablas de nuevo y no complicar su participación en esta cita mundialista.

El tanto pareció espolear al combinado transalpino que sólo en los veinte minutos finales dio la sensación de irse a por el encuentro. Los italianos sabían por dónde podían hacer daño y Justo Villar pasó a ser el blanco de todas sus acciones. Primero lo intentaría Pepe, cuyo derechazo fue atajado por el centro por el meta. A continuación, el cancerbero paraguayo se desquitaba despejando a córner un disparo con mucha intención de Montolivo.

Eran los mejores minutos de los hombres de Lippi, que gracias al gol de De Rossi y a la entrada de Di Natale parecía ser otro equipo. Paraguay acabaría pidiendo la hora en un encuentro que tuvo dos partes bien definidas. La primera, de claro dominio guaraní. La segunda, de asedio italiano. Reparto justo de puntos, pues, en un partido muy físico que midió a las que seguramente serán las dos favoritas para estar en la siguiente fase.

 

EL BUENO: Alcaraz. Su gol valió durante unos minutos tres puntos para los paraguayos. Magistral en el salto y la anticipación.

EL FEO: Riveros. Sólo se llevaba disputado un minuto de juego cuando cometió una brutal entrada que dejó tendido a Montolivo sobre el césped.

EL MALO: Justo Villar. No es la primera salida en falso que se le recuerda. Privó a su equipo de dos puntos que puede echar en falta más adelante.

1ª Jornada Grupo E: Japón 1 – 0 Camerún

Asiáticos y africanos se enfrentaban esta pasada noche en uno de los duelos más exóticos que nos deparará este Mundial. Las diferencias culturales y sociales que una y otra selección puedan tener no eran tales en el aspecto meramente futbolístico, pues ambas habían dejado muchas dudas durante los meses previos. No obstante, los Leones Indomables no las despejarían y, con su derrota ante la selección nipona, se complica mucho la clasificación el combinado dirigido por Paul Le Guen.

El partido, sin embargo, comenzaba con unos primeros minutos de tanteo en los que ni uno ni otro conjunto se lanzaba hacia el área contraria. En esta situación se encontraba más o menos cómoda Japón, que gestionaba como podía sus escasos recursos para impedir que Camerún crease su juego y generase ocasiones de peligro con los jugadores con que cuenta arriba.

Casi cuarenta minutos hubo que esperar para que Camerún dispusiese de la que era su primera ocasión del encuentro, justo antes de que Japón respondiese con el gol que abría el marcador. Su estrella, Honda, controlaba y bajaba el balón con tranquilidad tras un servicio desde la derecha para acabar mandando el esférico a la red. El electrónico no mentía. Camerún no había encontrado aún su sitio en el campo y lo había pagado caro.

El juego estaba resultando ser totalmente desorganizado y eso estaba beneficiando a los nipones que, de momento, habían sabido anular a los africanos sobre el césped. Camerún no daba con la tecla de su juego y, lo que es peor, sus principales referencias ofensivas habían pasado desapercibidas durante estos primeros 45 minutos. A Eto’o y a Webó no les llegaban balones (sobre todo al segundo) y parecían dos islas en medio de la zaga asiática.

No presentaría visos de mejora el combinado de Le Guen en la reanudación, a pesar de que Moting marrase una clarísima ocasión que había fabricado anteriormente Eto’o por banda derecha en acción individual. El reloj seguía avanzando a favor de Japón, que defendía su escasa renta sin pasar demasiados agobios.

No obstante, el partido pudo romperse definitivamente en su recta final. Mbia golpeaba con potencia y precisión el esférico desde 25 metros y éste hacía temblar el larguero. En ocasión y media Camerún había estado a punto de lograr lo que hubiese sido un inmerecido empate ante los rostros aliviados de los jugadores y aficionados japoneses.

Dos minutos después también llevaría Hamidou el susto a la grada atrapando en dos tiempos un balón que a punto estuo de darle un serio disgusto. A falta de ocasiones parece que los guardametas están empeñados en dar el espectáculo que de momento escasea en este Mundial.

Los tres puntos se los quedaba la selección dirigida por Okada ante unos Leones Indomables que hoy más bien fueron gatitos en manos de Japón. El combinado nipón, en el que no había depositadas muchas esperanzas, da un paso de gigante de cara a su objetivo de meterse en la siguiente fase. Camerún, por su parte, se complica la vida ante un rival directo y se jugará sus opciones frente a Holanda y Dinamarca.

 

EL BUENO: Honda. En un partido para olvidar fue el que puso la salsa del gol. Su tanto puede valer una clasificación.

EL FEO: Nkoulou. Fue amonestado en un partido de guante blanco al frenar bruscamente la internada de su par.

EL MALO: Webó. ¿Jugó? Seguro que más de un aficionado se lo preguntará tras no intervenir en una sola acción del partido.

1ª Jornada Grupo E: Holanda 2 – 0 Dinamarca

Si algo quedó claro tras la disputa del partido que enfrentó a la Oranje con la selección que dirige Morten Olsen es que Holanda necesita a Robben como agua de Mayo. Con él en el campo el equipo ofrece una versión completamente distinta a cuando ocupa lugar en el banquillo. ¿Tienen los tulipanes “Robbendependencia”? Está por ver, aunque de momento sus compañeros parecen pedir a gritos que se recupere cuando antes de su lesión.

Y no es que Holanda sufriera durante los noventa minutos, no. Dinamarca apenas inquietó el marco defendido por Sketelenburg y dejó que fuese su rival quien llevase el peso del partido. Una posesión que se desarrollaba en su mayor parte en el centro del campo donde la selección Oranje sí se sentía cómoda, aunque con un ritmo excesivamente lento, impropio del combinado que sorprendiera en la primera fase de la pasada Eurocopa.

Sólo Kuyt puso en apuros a Sorensen con un potente disparo que el guardameta atajó en dos tiempos en los primeros compases de partido. A partir de entonces Van der Vaart y Sneijder probarían fortuna con disparos lejanos pero con escasa puntería. No obstante, Dinamarca gozó de las mejores oportunidades de la primera mitad. Primero con un testarazo de Bendtner a centro de Rommedahl que se perdió a la derecha de la portería. Y, a continuación, con un magnífico disparo de Kahlenberg al que respondía Sketelenburg despejando a córner.

Se cerraba el primer acto con una última ocasión de Van Persie sin demasiado peligro, el mismo que había creado Holanda a lo largo de los 45 minutos. La selección dirigida por Van Marwijk era incapaz de abrir la telaraña danesa a pesar de contar con algunos de los mejores jugadores de Europa. Todo quedaba pendiente para la segunda parte.

Se abría el telón y apenas hubo que esperar para presenciar el primer tanto del partido. Despropósito absoluto en la zaga danesa que, al intentar despejar un centro, se acababa introduciendo el balón en su propia portería. El infortunio se cebaba con S.Poulsen y Agger, protagonistas de este sainete. Holanda, por su parte, se ponía por delante en el marcador sin haber chutado siquiera a puerta. No se podía conseguir más con menos.

Si apenas había llegado a la meta contraria Holanda hasta entonces menos lo haría ahora. La Oranje tocaba y tocaba a la espera de que transcurriesen los minutos ante una Dinamarca que no la ponía en excesivos aprietos. Únicamente un gol anulado a Van Persie y alguna acción esporádica parecían querer animar el encuentro, pero ni por esas.

Bendtner, desaparecido en combate, era finalmente sustituido por Morten Olsen que buscaba otras alternativas en ataque. Pero si alguien fue capaz de cambiar por completo el ritmo del partido, ése fue Elia. Su entrada supuso un golpe de aire fresco para sus compañeros, que parecían tener las ideas mucho más claras a partir de entonces.

Así se fueron sucediendo las ocasiones que apenas había generado Holanda durante los 65 minutos anteriores. Van Bommel y Van Persie marraban sendas ocasiones y Sneijder mandaba un disparo repelido por un defensor al larguero antes de que llegara la sentencia. Tras una triangulación de manual Sneijder cedía en profundidad al recién incoporado Elia que remataba al palo. Kuyt, atento al rechace, terminaba remachando a la red.

Incluso Holanda disfrutaría de una última ocasión para redondear el marcador, pero S.Poulsen, muy oportuno, sacaba el balón rematado por Afellay cuando éste se colaba en la portería. Dinamarca, en un partido aciago para sus intereses, no había sabido reaccionar al autogol de S.Poulsen ante una Holanda que venció de una manera muy diferente a lo que se espera de ellos. Hoy ganó, habrá que ver si para el próximo encuentro también convence.

 

EL BUENO: Elia. Fue entrar él y cambiar el guión del partido. Muy vertical y dinámico en todas sus acciones logró contagiar a los suyos en los minutos finales.

EL FEO: Van del Wiel. Su entrada al tobillo de un rival debió ser sancionada con amarilla. Salió indemne.

EL MALO: Agger. Fue protagonista en el primer gol holandés y a punto estuvo de hacer doblete en su propia portería en una acción posterior. Mejor que no se hubiera levantado hoy.

1ª Jornada Grupo D: Alemania 4 – 0 Australia

El Mundial estaba resultando aburrido para unos, demasiado táctico para otros, …, hasta que llegó la Alemania de Joachim Löw que pasó como una apisonadora sobre una endeble Australia que no plantó cara en ningún momento. Tan sólo les bastaron 26 minutos a los germanos para deshacerse de su rival, demasiado blando atrás y sin el arrojo suficiente para irse arriba. “El fútbol es un deporte en el que juegan 11 contra 11 y en el que siempre gana Alemania” asevera el famoso dicho y parece que este año habrá que tenerlo más presente que nunca. La Mannschaft promete.

Y eso que Australia fue la que dio el primer susto del partido. Todavía algunos no habían tomado asiento cuando Lahm, casi en línea de gol, salvaba a su equipo del primero. Tan sólo habían transcurrido tres minutos y parecía que Los Socceroos habían salido dispuestos a buscar la portería rival. Nada más lejos de la realidad.

A partir de ese momento fue un recital alemán, una sucesión de ocasiones que parecía no tener fin para desgracia del combinado que dirige Pim Verbeek. A los avisos de Klose y Özil respondió Podolski abriendo el marcador en el minuto diez tras aprovecharse de un error en el marcaje de la zaga contraria.

Sólo existía un equipo sobre el terreno de juego, Alemania, que había conseguido anular por completo a Australia. Podolski y Klose continuaban marrando ocasiones clarísimas hasta que el segundo demostró por qué cuando juega con la selección de su país es otro bien diferente a cuando lo hace con el Bayern de Múnich. El espigado ariete germano se resarcía de su anterior error con un golazo de cabeza de la casa tras un centro preciso desde la banda derecha.

Para no desentonar respecto a los días previos Schwarzer se unió a la causa de sus homólogos Green y Chaouchi. Horrible el guardameta australiano que cerró los ojos en el primer tanto y no midió bien en la salida del segundo. Imposible hacerlo peor.

Todo lo contrario que Özil, que aparentaba jugar sólo. Parecía estar en todas partes y participaba de todas las acciones de peligro de los teutones. En dos de ellas estuvo a punto de lograr su gol, pero un defensa en la línea en la primera y un mal control en la segunda lo evitaron.

Así se llegaba al descanso, con 2-0 en el marcador y la sensación de que Australia era un muñeco en las manos de Alemania que jugaba con él a su antojo. ¿Sería Alemania la gran candidata para hacerse con el cetro mundial? Desde luego ganaba puntos entre las favoritas, aunque habría que ver su respuesta ante un rival de mayor entidad y con otra propuesta futbolística.

La segunda mitad comenzaba como la primera, con los germanos volcados en ataque en busca de hacer más leña del árbol caído. Y por si los problemas no fueran suficientes para los australianos, Cahill se encargó de aumentarlos. Tras una feísima entrada en la que midió mal dejaba a su equipo con diez, justo lo que necesitaba.

Klose seguía mandando al limbo sus ocasiones en una oportunidad única como tenía hoy para haberse colocado como máximo goleador en solitario. Pero si no lo conseguía él, ya lo harían sus compañeros. El mismo Müller, por ejemplo, que ponía su sello a una preciosa jugada de Alemania que se gustaba sobre el césped. O el recién incorporado Cacau, que culminaba una perfecta triangulación con pase de Özil, el omnipresente, con el cuarto tanto que cerraba el encuentro. Sólo en los minutos finales Holman gozó de la más clara y casi única ocasión del partido para los suyos. Ni por esas.

Alemania daba carpetazo a un encuentro sin historia en el que los australianos hicieron lo mismo que si no se llegan a bajar del autocar. Los germanos se postulan como combinado a tener muy en cuenta no sólo por el resultado, sino también por su juego, mucho más elaborado del que nos tenían acostumbrados. Algo está cambiando en Alemania.

 

EL BUENO: Özil. Sin discusión. Hace del fútbol algo fácil y sencillo, casi de niños. Es el Messi teutón.

EL FEO: Cahill. Dejó a su equipo con diez tras una peligrosa entrada en la que midió mal. No era hoy el día de Australia.

EL MALO: Schwarzer. Responsable en casi todos los goles que recibió su equipo. Tener un portero como él es una losa complicada de llevar.

1ª Jornada Grupo D: Serbia 0 – 1 Ghana

Serbia y Ghana abrían el telón de este Grupo D que tiene a Alemania como gran favorita con la intención de ser la alternativa a los germanos y colarse en unos octavos de final que parece estarán muy caros por lo visto hasta ahora. Sin embargo, y como viene siendo habitual, el encuentro se decidiría por un nuevo error tan infantil como insensato del serbio Kuzmanovic que pondría en bandeja los tres puntos para la selección africana.

El partido no fue un alarde de juego y ocasiones, ni mucho menos. Se movió en los mismos parámetros que lo habían hecho durante los dos días anteriores el resto de encuentros. Mucho respeto y escaso talento que hacían que el balón apenas se moviese del círculo central. Las ocasiones lejanas de Pantelic y Gyan nada más comenzar el encuentro dejaban paso a unos minutos de tanteo en los que, a pesar de sus limitaciones, Ghana se mostraba mucho más cómoda sobre el terreno de juego.

La Serbia de Antic se estiraría a partir de entonces y suyas fueron las ocasiones. Pantelic llevó el susto a la afición africana tras no controlar un balón con el que se hubiese quedado solo delante de Kingson mientras que Kolarov y el propio Pantelic vieron cómo sus respectivos lanzamientos se marchaban rozando los postes de la portería rival. Se llegaba al descanso con una última ocasión a cargo de Jovanovic que intentó sorprender desde veinte metros y a la que respondió en dos tiempos Kingson.

A pesar de haber contado con las mejores oportunidades, Serbia tenía un problema y se llamaba Ayew. El ghanés entraba una y otra vez por su banda como Pedro por su casa y nadie en la defensa balcánica era capaz de pararle. Quebradero de cabeza para Radomir Antic que se había encontrado a una Ghana muy voluntariosa que en cualquier momento podría poner en serias dificultades a su equipo.

El propio Ayew haría nada más comenzar la segunda mitad que la afición serbia contuviera la respiración durante unos segundos. Su cabezazo se iba fuera tras un preciso centro desde la derecha y daba el primer aviso tras el descanso. No tardaría en reaccionar el combinado balcánico con Zigic como protagonista. Un defensa ghanés le rebañaba el balón casi en línea de gol al gigantón serbio justo cuando se disponía a perforar la red.

Pero el delantero Gyan gozaría de la oportunidad más clara de los sesenta minutos disputados hasta entonces. Su certero testarazo se topaba desafortunadamente para él y su selección con la madera de la portería defendida por Stojkovic. Ghana había dado un paso más en busca de la victoria ante la pasividad de su rival, que apenas se había acercado a su área en esta segunda parte.

Zigic se retiraba en un día totalmente gris para él y le sustituía Lazovic, apuesta de Antic que buscaba un cambio en el juego con las numerosas y dispares alternativas con que cuenta en su banquillo. No obstante, las buenas intenciones del técnico serbio serían desbaratadas por Lukovic que se iba antes de tiempo a los vestuarios. El agarrón que propinaba a su par era sancionado con amarilla, la segunda en su caso.

Serbia no se amilanó ante tal circunstancia y gozó de dos claras ocasiones en las botas de Krasic y la testa de Vidic. Parecía haberse liberado del yugo que no le permitía practicar su juego cuando había estado con los once jugadores sobre el terreno de juego.

Sin embargo, las desgracias no vienen solas, y si no que se lo pregunten a Argelia. Kuzmanovic presentaba su candidatura a este circo de los errores que estaba siendo el Mundial de Sudáfrica con una mano absurda dentro del área. El gesto instintivo del jugador no ofreció dudas al colegiado que se apresuró a señalar el punto fatídico. Gyan, especialista en estas lides, anotaba y ponía por delante a los suyos a falta de seis minutos más el descuento para que el encuentro llegase a su fin.

Incluso el mismo Gyan pudo redondear su cuenta con un gol más en tiempo añadido si no se lo llega a impedir nuevamente el poste. El desconciero de Serbia era total durante los últimos minutos para frustración de Antic, que veía cómo el árbitro señalaba el final del partido y su selección se complicaba la vida en el grupo. Este varapalo obliga a Serbia prácticamente a ganar sus dos próximos encuentros si quiere cumplir con su objetivo de meterse en octavos. Mucho más ambicioso parece ser el de Ghana, fijado antes de esta cita en las semifinales. Habrá que ver si cumplen con ellos.

 

EL BUENO: Gyan. Sobresaliente durante todo el encuentro. Marcó el gol de la victoria y estrelló dos dispartos a los palos. Volvió loca a la defensa serbia.

EL FEO: Vorsah. Entró con una dureza desmedida a Zigic y vio por ello la amarilla.

EL MALO: Kuzmanovic. Hizo un penalty de patio de colegio que a su selección puede costarle la clasificación.

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